lunes, 4 de abril de 2011

Un lunes de primavera

7 horas de trabajo sola en una iglesia dan para mucho, ¿no creeis? Y si además de eso notas que esta primavera está minando tu ánimo y tus fuerzas, más aun. Esto de la astenia primaveral me ha dado fuerte este año, me duermo por las esquinas y no tengo ganas de ná. Y debería ser al contrario, porque este sol y este calorcito se supone que alegran a cualquiera. Pues no. A mi este año no.

También es posible que se acerquen los 33, que ya son años. Y pesan un poquillo. Sobre todo en mi espalda. Eso es lo peor. No moverte de la silla porque no quieres es tu problema. Pero dejar de hacerlo porque cuando te paras te dan ganas de arrancarte la pierna y media espalda... eso es una porquería, y acaba con cualquiera.

De repente cualquier distancia me parece un mundo, a mi, la que no para dos horas seguidas metida en casa porque se le cae encima, la amante del aire libre, la pateadora de ciudades. Me imagino mi próximo viaje y no sé qué voy a hacer, si no camino...

De repente mi cuerpo me pone limitaciones, y no me gusta. Y me pongo de mal humor. Y me aburro. Y me desespero cuando al bajar el ritmo de trabajo el sábado estoy aun peor. Y me frustra no poder tomar unas tapas tranquila porque no aguanto media hora sentada...


En fin, todos tenemos un mal día... espero que no dure mucho!

1 comentario:

  1. Eh! Animo, mucho animo. Sigo convencida de que en cualquier momento mejorara. Y viva el sol. Ya empieza a oler a verano! Ummmmmm que guays las vacaciones no retribuidas! En fin!

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