martes, 25 de septiembre de 2012

viernes, 21 de septiembre de 2012

Mi sitio...

Hace ya casi 4 años que empecé con esta aventura bloggera. Empezó como una forma personal de dejar mi huella en el mundo, y como fruto de un invierno de cambios, inquietudes y reflexiones sobre la vida futura.

Acabábamos de trasladarnos a una nueva ciudad, volviendo a casa por decirlo así, a medio camino entre la suya y la mía, intentando recuperar el tiempo perdido con la distancia y al mismo tiempo recordando cada día el paraíso que habíamos dejado.

Carnota y a Costa da Morte nos habían recibido con los brazos abiertos y nos cuidaron como a reyes durante dos años, que nos robaron un pedacito de corazón que se quedó a vivir entre a pedra e o mar para siempre. Cuando volvimos ya no sabíamos a dónde pertenecíamos realmente. 

Cabo Fisterra y faro de Corcubión
Dos años en un pisito de alquiler, nos fueron situando en una ciudad y un barrio que ahora conozco y quiero.  Luego la aventura de comprar nuestra casa, las peleas con los bancos, los miedos, las ilusiones. Y por fin nuestra casa, que ni es la más maravillosa del mundo ni exactamente lo que soñábamos, pero que es la nuestra. Y ya está.

Y poco a poco empecé a vivirla, la casa y la ciudad. Aprendo cada día sus ruidos, sus colores... sus caras.
Me gusta pasear por la Illa das Esculturas, junto al río, entre colegios y facultades. Ya la he hecho mía.

Me encantan sus plazas, en verano y en invierno, sus terrazas y lo fotogénicas que son! Y las tapitas...

Praza da Leña. Pontevedra.

Me gusta su ritmo, sus tiendas.

Me gusta que está cerca de los míos, y de los suyos...

Me gusta mi mar, que está aqui al ladito, a menos de 15 minutos con la nueva variante, y que es como estar en casa.
Aguete (Seixo -Marin)

Y todo ello tiene un fácil resumen: llegué Buscando mi sitio... y ya lo he encontrado.

Mi sitio es el mundo. El grande, el infinito, el que se nos ha regalado para recorrerlo mientras vivamos, para conocerlo a fondo y amarlo, aunque haga falta más de una vida para ello.

Pero siempre hay que volver a casa después de cada viaje, hay que tener un campamento base al que regresar para reponer fuerzas. Y el mío está aquí. En Galicia, en las Rías Baixas, en Pontevedra, Marín, Aguete, Loira... Lérez. Más o menos donde estuvo siempre. Pero tenía que sentirlo...

Puesta de sol en la playa de Loira (Seixo-Marin)
Por eso Buscando mi sitio... tiene que llegar a su fin. Hay que mirar hacia delante, no? Esta etapa termina.

Porque por fin estoy tranquila, me siento parte de un lugar y me gusta serlo. Me siento por fin en casa.

Pero nos veremos y leeremos pronto. Porque Morla aun tiene muchas cosas que contarle al mundo. 

Sed felices!!

martes, 18 de septiembre de 2012

Cosas rojas

Hoy va todo de cosas rojas.

Ha terminado la primera temporada de Pulseras Rojas y todavía estoy moqueando. Snif! Gracias, Albert Espinosa, ha sido un subidón! 


He pasado de no tener nada que ver en la tele a tener que aprovechar los anuncios de Antena 3 para ver unos pocos minutos de Isabel. Pero ni los Reyes Católicos han podido retenerme en la Primera!!

Con historias como éstas me doy cuenta de lo poco intensamente que vivimos a medida que nos hacemos adultos. Me acuerdo de lo intensas que eran las amistades cuando teníamos 16 años, dábamos la vida de manera absoluta si hacía falta. Con el tiempo las emociones se atenúan y sólo salen a la superficie en ocasiones contadas, que nunca olvidas, pero contadas. Era bonito ser adolescente...no? 

Uy, uy... filosofada a la vista!

Si, es que últimamente tengo tiempo y pienso, y leo, y veo la vida... tengo tiempo, en resumen. Y eso es algo inaudito en mi vida diaria.

Pero hay más cosas rojas en el día de hoy. También hay sillas rojas.

El telediario de la 2 tiene estas cosas, te abre los ojos a otras cosas del mundo, a cosas importantes, que nada tienen que ver con los recortes ni con la dimisión de Esperanza Aguirre... o si?

Esto son las sillas rojas...


Es una llamada de atención.

En el mundo hay 61 millones de niños que hoy no han vuelto al cole. Por distintas circunstancias, trabajo, guerras, enfermedades... Y los que aquí sí han vuelto no son realmente conscientes de lo afortunados que son. Porque ellos si van a poder aprender a leer, a escribir, a sumar, a restar...

Nuestros políticos tampoco son realmente conscientes de que nuestros niños son el futuro de este país, de la Humanidad... y de que la educación debe ser universal y gratuita, igualitaria, apolítica...

De momento sólo hay sillas rojas en 24 colegios españoles. Por algo se empieza. Pero me parece una iniciativa bonita y sobre todo muy justa, que seguro que tendrá eco.

Ya estoy convenciendo a cierto profe que conozco para que ponga la suya...

Hubo tiempos peores que los que estamos viviendo, no muy lejanos, en los que muchos niños aquí en España dejaron de estudiar por trabajar. Mi suegra, sin ir más lejos, dejó los cuadernos y tuvo que ponerse a llevar la casa junto con su madre, cuando su padre murió. Eran otros tiempos... pero para muchos niños del mundo siguen siendo esos tiempos.

No pretendo vender una causa, no tengo nada que ver con quienes la organizan. No voy por ahí. Sólo quiero que los que sois padres les hagais ver a vuestros niños lo afortunados que son por poder ir cada día a clase, gratis, a aprender, a hacerse personas, a convertirse en futuro.

Mi silla roja la llevo puesta... 

martes, 11 de septiembre de 2012

Turquía (part three): lo mejor de Pamukkale y Éfeso. El final del viaje

Aquí terminó nuestro viaje, en la costa del Egeo y viendo "piedras", algo que realmente nos encanta. Hierápolis y Éfeso nos dejaron con ganas de más, pues Turquía es uno de los países con mayor cantidad de yacimientos arqueológicos, entre ellos Troya, Pérgamo... esos quedan para viajes futuros, que los habrá.


 Entrada a las ruinas de Hierápolis.
Ciudad fundada por los romanos sobre un manantial de aguas termales y que estuvo habitada hasta el siglo XIV, en que fue abandonada debido a la cantidad de terremotos que asolaban la región. Su teatro podía albergar a cerca de 10000 personas, por lo que se calcula que el número de habitantes seria de 100000 en su mayor época!


Suelo de aspecto lunar en Pamukkale.
Pamukkale significa en turco "castillo de algodón", que es lo que parece este montículo calcáreo desde los alrededores. Se formó a partir del calcio que emana con las aguas termales y al depositarse da lugar a estas formas blancas. 


Vista de Pamukkale desde la terraza del hotel donde nos alojamos. Sobre el "castillo de algodón" se asentó la ciudad de Hierápolis, más o menos donde se pueden ver los árboles en la cima.
Con el auge del turismo en los años 70 se construyeron en esa misma cima complejos hoteleros que acabaron por deteriorar el yacimiento, que llegó a peligrar. Por ello hoy día no dejan bañarse en las pozas que forma el agua al emanar, pero gracias a la inteligencia de algunos, los hoteles se derribaron y parte del "castillo de algodón" fue blanqueado de forma artificial, pues las aguas residuales de los hoteles las habían echado a perder.
Hoy es Patrimonio de la Humanidad, y uno de los lugares con más encanto del viaje.


 Ciudad de Éfeso, Biblioteca de Celso.
Fachada monumental que deja sin palabras a cualquiera. Hoy día está muy reconstruida, pero pienso que la reconstrucción ha sido muy acertada. Es una de las pocas bibliotecas de época romana que se conserva, y fue proyectada para albergar 12.000 rollos!!
La ciudad de Éfeso fue muy importante como puerto comercial, pero el río Meandro que desembocaba en él lo fue llenando de lodos que lo alejaban de la ciudad. Los sucesivos emperadores drenaron los fondos, reforzaron los muelles... pero finalmente se abandonó.
Las ruinas con increíbles, cómo seria la ciudad...


Gran teatro de Éfeso, magnífico y enorme. Su capacidad era de 25.000 personas, lo cual hace imaginar la población que tuvo Éfeso en su época de esplendor. La vía que discurre hacia el fondo, llegaba al mar, al puerto de la ciudad. Y muy al fondo se adivina el Mar Egeo. Magnífica la estampa, pero aun más magnífica la acústica del teatro, donde aun hoy en día se realizan representaciones y conciertos, al estilo del teatro Romano de Mérida.



Ulucami en Bursa. Interior de una mezquita, la más antigua de cuantas vimos en este viaje (1399), anterior a la toma de Constantinopla por los Otomanos. No sigue el modelo de Santa Sofía, lo cual la hace muy especial, y en ella los hombres, sobre todo, se reúnen para rezar, leer, charlar, arreglar el mundo...


Limpiabotas en Bursa, una de las cinco ciudades más importantes de Turquía, no tan bonita como Estambul ni tan grande, pero quizá más libre de turismo y más auténtica, más tradicional. El hombre estaba preocupado por la economía... qué diría ese periódico de España?


Baklavas en el escaparate de una pastelería de Bursa. Son el postre por excelencia de Turquía, hecho a base de hojaldre, almendra, miel y pistacho! Están buenísimos, no dejéis de probarlos si vais.

La última noche volvimos a Estambul para coger un avión al día siguiente, y volvimos a maravillarnos con su gente y sus sabores. La cámara la dejé en el hotel, decidí grabar en la mente las últimas impresiones, y quedan para mi.

Hace ya más de un mes que volvimos y aun me sonrío al pensar en las anécdotas del viaje. Pasamos mucho calor, hicimos miles de horas en autobús, dormimos poco...pero valió la pena. Las 800 fotos que me traje lo corroboran. 

Turquía es un gran país. No os lo perdáis!

lunes, 10 de septiembre de 2012

Reencuentros y sorpresas

Me han encantado los reencuentros de este fin de semana. Y las sorpresas!

Me reencontré con Madrid y con su ritmo imparable y sus calles llenas de gente. Sigue siendo la gran ciudad de la que me fui corriendo hace siete años, que te abruma por su tamaño y por el silencio de la gente en el metro. Los contrastes entre riqueza y pobreza, los neones en la Gran Vía, el tráfico que no para...



Me reencontré con el Thyssen, que sigue igual, hasta el mismo olor al atravesar la puerta. Con Hopper y su Habitación de hotel, y  muchas obras más que quizá por ser tan esperadas me ofrecieron menos de lo que quería...

Me reencontré con el Prado y con la Infanta Margarita, que sigue contemplando el paso de miles y miles de admiradores cada día, sin inmutarse. En la misma sala a la que voy casi a ciegas... después de saludar a Van der Weyden y su Descendimiento, al Jardín de las Delicias y a la Fragua de Vulcano. Son mis imprescindibles. Y a Rafael, por supuesto.


Y sin esperarlo hubo también sorpresas, por eso fueron sorpresas.
Nos adentramos una vez más en las entrañas del edificio de Caixafórum en el Paseo del Prado, una joya arquitectónica que vale la pena ya por sí misma. Y dentro nos esperaba William Blake y todo su universo mitológico, viejo conocido pero desconocido al tiempo que nos atrapó, en una exposición muy amplia y muy   organizada que, siendo de entrada gratuita no tiene nada que envidiarle a la del Thyssen. Es más, me pareció mucho mejor.
William Blake fue pintor, poeta y místico británico, que no puso vivir de su arte, pero que dejó una increíble colección de dibujos, grabados y poemas, siendo lo más conocido las ilustraciones de la Divina Comedia de Dante. Su arte se basó en su propia idea del mundo, de la religión y de la poesía de Shakespeare, ilustrando incluso la Biblia o el Libro de Job. Se le considera uno de los mayores artistas británicos de la historia.

W. Blake: Satán en su gloria original
 Aquí una imagen de una de sus láminas, donde representa a Satán antes de ser expulsado del Paraíso, cuando todavía era un ser divino y poderoso, y gozaba de los favores de Dios. 

Retrato de William Blake
Y aqui el bueno de Blake, a quien no pude evitar comparar con Goya (por el parecido y porque murieron con un año de diferencia) y maravillarme de lo distinta que puede ser la visión del mundo de un pintor de corte y un poeta bohemio, viviendo en el mismo momento de la Historia.

Blake: La escalera de Jacob
Blake: Creación de Eva

Me dejé sorprender por la comida de un restaurante hindú en Lavapiés, rodeada de gente interesante con vidas muy dispares.

Me sorprendí corriendo bajo la lluvia de un tormentón de verano, tomando algo en un pub de Malasaña, o disfrutando como una enana de un helado y una buena conversación en los jardines de la Plaza de Oriente.


Mañana me reencuentro con el lunes. Toca volver a empezar!

domingo, 2 de septiembre de 2012

Magia en forma de libro

Una tarde, escuchando La Ventana, como siempre, en el taller, entrevistaron a un tal Albert Espinosa, autor de una serie que aun no se había estrenado en las televisiones estatales, pero que estaba teniendo un gran éxito en la catalana: Pulseras Rojas

Me gustó su forma de hablar, su tranquilidad, la normalidad con la que hablaba de su infancia de hospital... y me pareció un tio listo y que llegará lejos, y que fue capaz de encandilar a Spielberg para que haga su propia versión de la serie. Un crack, vamos...

Luego oí hablar de su libro Si tú me dices ven lo dejo todo, pero dime ven,  una tarde en la que estaba firmando libros bajo la amenaza de la lluvia en mi propia ciudad. Así que lo pedí por mi cumpleaños. Y llegó, pero en forma de préstamo de parte de Dina, mi prestadora de libros incansable.

Y un día, lo vi en la tele... pero yo a este chico lo conozco, dije. Y dándole vueltas al tarro me acordé de esto:


Os acordais de esta serie? Yo sí, me la vi enterita, aunque no recuerdo de qué año es. Y había un veterinario, creo recordar... ¡¡era él!!, personaje secundario pero magnífico y cargado de humor. Y resultó que el guión de la serie es suyo también, claro.

Acabo de terminar Si tú me dices ven... y os lo quiero recomendar. Sencillo, ligero, lleno de magia y de escenas brillantes. Os sacará una sonrisa, estoy segura.



Aquí os dejo una pequeña reseña:

Un viaje hacia una sensibilidad nueva, distinta; ese modo único de ver y leer la vida deAlbert Espinosa: amor, vida, muerte y enfermedad. Soledad y amistad –también la maravillosa amistad que puede establecerse entre quien está a punto de dejar esta vida y quien acaba de llegar a ella–, y esa obligación de ser felices que, una vez más, este dotado escritor nos transmite con su talento inusual.

Ahora a seguir buscando sus libros, que seguro que no tienen desperdicio!

Buen domingo!