Descubrí a este pintor en este último y maravilloso viaje a Paris del que os hablé hace poco. Y el milagro es haberlo descubierto en medio de la inmensidad del Louvre. Pero estaba allí su "Caperucita Roja" para sorprendernos.
Pertenece a la Escuela de Lyon, aunque su primera formación fue junto al magnífico Jacques-Louis David, de quien el Louvre guarda inmensos y magníficos cuadros, y al que dedicaré otro post completito en algun momento. A Fleury, como a muchos pintores de la época, le atraía la historia medieval, las historias de caballeros y el mundo renacentista, y pintó cuadros como este o este que hicieron que se le considere precursor del Simbolismo.
Pero de todos ellos me quedo con este de Caperucita, de 1820. Tradición oral que Perrault recogió e incluyó en un volumen de cuentos (1697), en el que destacaba sobre los otros por ser, más que un cuento, una leyenda bastante cruel, destinada a prevenir a las niñas de encuentros con desconocidos. En 1812, los hermanos Grimm retomaron el cuento, y escribieron una nueva versión, que fue la que hizo que Caperucita fuera conocida casi universalmente, que, aún hoy en día, es la más leída, y que por supuesto, tiene un final feliz.
Repito el comentario anterior sb este cuadro MUNDIAL,me encanta, todo un descubrimiento este muchacho.
ResponderEliminares raro ser frances
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