Os traigo hoy a todo un dechado de virtudes.
Vereis, la historia de cómo encontré a esta mujer es muy particular. Cuando estaba en los felices años de la facultad, escuchaba por las mañanas el programa de Gomaespuma en M80. Eran desternillantes, pocos han sabido seguir la estela de estos dos pedazo de humoristas. De hecho, Pablo Motos con su "No somos nadie", aun siendo muy bueno, no les llegaba ni a la suela de los zapatos.
En fin, el caso es que estos dos señores ponían de vez en cuando a esta señora cantando, o más bien destrozando "La Reina de la noche" de la Flauta Mágica de Mozart sin ningún reparo, sobre todo en épocas de sequía, para ver si cojuraban la lluvia. La verdad es que no recuerdo si lo conseguían o no. Pero sonaba realmente mal.
Un tiempo después la escuché en un programa de Radio clásica (sí, podeis creerlo), Clásicos Populares, con Fernando Argenta, en la sección que llamaron "Campaña pro lluvia". La rescataban de cuando en vez, sobre todo en verano. Y nunca me quedé con el nombre.
Hasta ayer: en La Ventana de la Ser la rescataron una vez más. Subí el volumen mientras conducía para no perderme el nombre, y con un par de truquillos conseguí recordarlo el tiempo suficiente para poder escribirlo cuando aparqué el coche.
Y aquí esta! Escuchadla porque no tiene desperdicio:
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Era rica, pensaba que cantaba bien, y no se le ocurrió mejor cosa que invertir su dinero en grabar unos disquitos, aunque medio mundo le aconsejó que no lo hiciera. Y dio conciertos por Estados Unidos hasta los 70 años! Fueron 35 años de carrera en la que las entradas se agotaron en cada uno de sus conciertos, inexplicablemente. Era de alta alcurnia, claro y ya se sabe, son todos una piña. O iban allí para asegurarse la diversión, porque oido lo oído, los conciertos debían de ser un auténtico espectáculo.
En fin, que se empeñó en grabar discos y subirse a un escenario, y lo hizo, vaya que si lo hizo.
"La gente puede decir que no sé cantar, pero nadie podrá decir nunca que no canté".
Ahí queda eso!
Os cartos non dan a felicidade; agora, dor de cabeza...
ResponderEliminarNo compraría ella misma las entradas???? impresionante documento, Cristina. Muchísimas gracias!!!
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