miércoles, 19 de mayo de 2010

Morla se fue a Paris... y volvió (1ª parte)


Hemos vuelto de Paris con los pies destrozados pero el espíritu reluciente, como la ciudad de la luz.
Hermosa.
Viva.
Única.
Luminosa.
Eterna (esa es Roma, no?. Ésta seguro que también...)
Inmensa.
"Parlez vous spagnol?"
El Louvre: jamás pensé que me podría gustar tanto un museo. Es gigantesco, parecía inconquistable, caótico. Pero si no me hubieran dolido tanto los pies y la espalda habría quedado allí todo el día descubriendo tesoros. El arte egipcio es tan magnífico como esperaba, y el Louvre tiene tanto que parece que no dejaron nada en su sitio. Pero las salas de arte persa, mesopotámico, asirio... esas son únicas: los leones alados de las puertas del Palacio de Sargón II de Asiria, el capitel del palacio de Dario I en Susa (sólo el capitel tenía de alto el doble que yo).
Caminamos entre las obras de pintura francesa esperando la llegada de las grandes obras de David, Delacroix y Gericault, y en el camino encontramos una curiosa pinturita, del siglo XIX, la última adquisición del museo, según rezaba el cartel, de la que os dejo la foto (bastante mala, pero había muchos reflejos, lo siento) para que me digais si reconoceis a alguien (haced click sobre la foto para aumentarla). Yo creo que sí!

Podría decir que fue lo mejor del viaje. El Louvre... y los bocadillos en el césped de las Tullerías (peluse en repose en algunas zonas), y las caminatas nocturnas en busca de la foto perfecta (que al final no sale, sólo lo intentas...), el "bonjour, monsieur" a todas horas, aunque estés subiendo al autobús, las sillas para relajarte en los jardines al borde de los estanques (que nadie se lleva, son un servicio público más, que aquí, en este nuestro país no durarían ni una semana...), la Torre Eiffel iluminada...

Y las crèpes con mermelada de fresa, el vin rosé que se sube sólo, el gótico francés, Luis XVI y Maria Antonieta, el café de Amèlie, las boulangeries y su olor inconfundible (se me hace la boca agua...!)

La "liberté, la egalité y la fraternité", el Escriba sentado, Napoleón y Josefina, el Sena, las bicis, la sala de las esculturas, la pirámide del Louvre (el chino que la diseñó, Ieoh Ming Pei, era un genio, no me cabe duda), la torre de Montparnasse (a este ya le valió, no vamos a poner su nombre), los puentes sobre el río, la marea humana colapsándolo todo...

















Paris, destino recomendado al cien por cien.
Y viajar, a donde sea, es la mejor recomendación que puedo hacer. Cuando vuelves, el mundo parece un lugar mejor...

4 comentarios:

  1. Me encanta el cuadro de Caperucita, q gracioso!!! Un post genial, salvo por una tonteria de nada, Paris ciudad eterna?¿?juajua, q ya es la de la luz!!! no seas acaparadora...jeje Bechos

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  2. Estamos de acuerdo en todo lo que dices.... Ya te lo decíamos. Hay que volver.
    Ya no puedes decir que eres la única de la familia que no había ido al Louvre.
    Es "magnífico".
    Qué destino es el próximo?......
    Biquiños.

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  3. Estambul, Bizancio ou Constantinopla; válennos perfectamente calquera dos tres...

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  4. Eh? Tiña entendido que todo eso era unha mesma cousa.
    parece que hai unanimidade......
    En fin; algúen vai buscando ofertas?

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