Hoy ha sido otro lunes. Nueve de agosto, 32 grados a las 8 de la tarde, gente, y gente, y gente... Dios mío, cuánta gente hay de vacaciones a estas alturas del año! Y están todos en la catedral de Santiago intentando abrazar al Apóstol! Como si les fuera a devolver el abrazo! En fin, que estoy agotada, y casualmente solita por unos días así que he pensado... hummmm, todo el ordenador pa mi! Y aquí estoy tecleando.
Pienso mucho últimamente, cómo no, sería raro que no le diera vueltas al coco. De repente, hemos elegido por fin piso y me entra un vértigo! Me siento atada, voy a pasar los próximos ¿treinta? años de mi vida obligada a vivir en ese piso! Se me cierran puertas: volver a Carnota?, vivir en Marin? No, ya no, ya no hay opción. Supongo que eso significa que HE TOMADO UNA DECISIÓN. Es decir, ME VOY HACIENDO ADULTA (ya lo era pero no quería darme cuenta). Y bufffff! qué presión! Me entran todas las dudas del mundo!
Con mi compañera de trabajo hablo de miles de cosas, ocho horas al dia compartiendo columna salomónica dan para mucho. Y hoy le tocó a esto, a la vida, a hacerse mayor, a SER MADRE.
Otra comedura de tarro! Porque no tengo demasiadas ganas...por ahora.
Y a veces me gustaria saber por qué. Se supone que a mi edad y con pareja estable debería estar pensando en ello, no? Pues sí, pienso en ello, pero porque se me está pasando el arroz, porque en un par de años ya voy a ser una madre mayor. Y no quería eso cuando de pequeña pensaba en mi futuro. Y porque soy la única que queda a mi alrededor. Pero es que no me apetece!
¿Será algo que se lleva en la sangre, lo del instinto maternal? Quiero decir, ¿se hereda el deseo de tener hijos? Porque muchas veces pienso en mi madre cuando a los 24 años tomó la decisión de serlo, y llego a la conclusión de que debía de ser como mi hermana y yo: dos mujeres de más de treinta a las que les gusta su trabajo, su libertad y su independencia, y con una pasión incontenible por viajar. Lo que pasa es que hace 38 años lo de la maternidad iba implícito en el matrimonio, y la sociedad pensaba de otra manera. Así que dejó su trabajo cuando se casó, y dedicó su vida a criarnos, literalmente, sobre todo porque sus padres no vivían cerca, y mi padre, se pasó meses y meses en la mar. Y qué bien lo hizo!
Nos quiere y nos ha querido siempre con locura, y su labor como madre ha sido admirable (mira qué xeitosas somos las dos, y qué listas, y qué buenas personas....). Pero pienso que, a lo mejor, si hubiera nacido 30 años más tarde estaría preguntándose, como yo, por qué no le acaba de llegar el instinto maternal, y por qué siente ese imperioso impulso de salir y ver el mundo.
Me alegro de parecerme a ella. Y también de haber nacido 30 años después.
Pero sobre todo me alegro de que ella decidiera ser madre!
"Maternidad". Gustav Klimt.