Días raros

Hay días realmente raros, en los que parece que pasa un siglo desde que te levantas hasta que te acuestas. Has vivido intensamente, te han pasado cosas, has estado con la gente que quieres, has compartido.

Adoro esos días.

Hoy ha sido de esos, y entre pedazo y pedazo de vida se ha colado, un poquito, a la fuerza casi, una señora fea y fría que me ha hecho pensar mucho: la muerte.

De repente una persona de mi edad, con quien no compartí realmente nada, pero que estaba ahí desde siempre, que todos conocíamos, desde el instituto, ya no está.

Su pérdida no llega a doler, pero de repente me veo hace veinte años, la imagen que me quedó de él recorriendo el instituto, con aquellas melenas al viento, joven, indolente... tenía toda la vida por delante! Pero no... quién le iba a decir en aquellos días de instituto que sólo le quedaban 20 años?

Dios, es muy fuerte pensarlo. Como dice Dina, hoy estás, mañana ya no.

Se borra del imaginario de mi vida esa persona. Simplemente ya no está. Aunque no hablé con él más que quizás, unas palabras, pero da igual. Tenía mi edad, no había terminado de vivir!

Realmente es lo que más me asusta de la muerte... perderme lo que está por venir, lo que vivirán los demás sin mi.

Por suerte seguimos aquí...

...hablemos...

...riamos...

...lloremos...

...deseemos...

...soñemos...

...viajemos...

VIVAMOS PUES!